La educación bajo supervisión cubana – Luis DE LION

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El adoctrinamiento a la cubana a través de los textos escolares, es un plan que comenzó a desarrollar el régimen castrochavista desde el año 2005. Para la época se encendieron múltiples alarmas, otros, porfiaban en señalar que no somos Cuba.

Así llegamos al 2014 y los llamados de alerta resurgen, con la polémica Resolución 058, en la que se establece la normativa y procedimiento de los Consejos Educativos. Normativa ésta abiertamenteinconstitucional.

Más allá de los objetivos que en materia educativa el régimen castrochavista adelanta desde el 2005, las luces de alarma que se encienden y que debieron siempre alimentar la polémica tenían que ver con la implícita inspiración cubana contenida en la integralidad de las reformas educativas.

A partir del 2005, se modificó el contenido de los programas educativos, el sistema de evaluación, el calendario escolar y la formación de docentes.

Primero fue el proyecto #15: «Supervisión en planteles y servicios educativos» el cual forma parte del convenio de cooperación Cuba-Venezuela. El 27 enero 2005 en Gaceta Oficial, el decreto 3444, procedía a la “Reforma Parcial del Reglamento Orgánico del Ministerio d Educación Superior”

A finales del 2005, el Ministerio de Educación elaboró y publicó una lista con los textos obligatorios adaptados al nuevo currículo. Es más, el Calendario escolar castrochavista, ya festejaba rebeliones militares y durante las vacaciones del 2005, fueron capacitados 50.000 educadores bolivarianos, completamente comprometidos con el proyecto castrochavista.

Uno de los grandes logros que permite el desarrollo de la investigación y el conocimiento científico a partir del siglo XVI es la progresiva separación entre religión y educación, por una parte, y entre educación y Estado, por la otra. Dicha característica secular de la educación, presente en Venezuela incluso durante el período de Gómez, pretende erradicarla el castrochavismo.

De tal manera que, calendario y textos escolares, son para convertir la «pedagogía social» del Gobierno en «pedagogía escolar». La tarea es lograr interiorizar la «nueva historia nacional» en niños y jóvenes y el mejor vehículo para tal fin es la enseñanza.

En educación el propósito básico es desacreditar todo lo que se hizo entre 1958 y 1998, señaló Laura C. de Gurfinkel y sustituirlo por ideologías, principios pedagógicos y estrategias metodológicas inspirados fundamentalmente en el sistema cubano.

Fidel Castro sabe por experiencia, que un lavado de cerebro a corta edad conforma “robots” revolucionarios.

En definitiva, el sistema de educación venezolano, ha quedado bajo supervisión cubana.

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No al castrismo – Luis DE LION

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Desde el 14 de diciembre de 1994, cuando Fidel Castro en La Habana le impuso a Hugo Chávez el título de Comandante, ya el Teniente Coronel golpista hablaba de compatriotas cuando se refería al alto gobierno cubano.  Sin duda un reflejo, del plan que impondría en Venezuela, una vez accediera a la presidencia.

Veinte años han transcurrido, varias elecciones de por medio y el patrón ideológico y programático del sistema actual del régimen que ahora preside Nicolás Maduro es, sin sorpresas, eminentemente cubano.

Ante ésta inédita y muy grave situación de sumisión soberana, y en medio de ésta grave crisis que afecta al país entero en todos sus ámbitos, llama poderosamente la atención que, en el proceso de diálogo entre el régimen y la MUD, no hay de parte de los representantes de la oposición ningún lineamiento de acción respecto al necesario, indispensable y tardío reclamo a la presencia e influencia de agentes cubanos en territorio venezolano.

No es un secreto, para nadie que la representación del régimen castrista, está muy activa en todas las instancias administrativas, así como también dentro de la Fuerza Armada, con mando y determinación en la conducción de las políticas de Estado.

Una servidumbre que lleva casi dos décadas y que a la acosada opinión pública venezolana, le tomó diez años admitir.

En enero del año 2012, de manera muy tímida, se anunció que en un hipotético gobierno de unidad opositora, se “revisaría” el Convenio de Salud Venezuela-Cuba, sin más y sin hacer mención al hecho que la salud pública en Venezuela está completamente en manos de cubanos. Hasta allí llegaba el tema Cuba, para la MUD.

¿Por qué la dirigencia de la MUD, no asume la verdad del dominio cubano, de modo sistemático, como bandera fundamental de lucha? ¿No es acaso imperativo conducir la lucha en función de una segunda independencia nacional?

El reto que hoy tenemos los venezolanos es enorme. Nos toca derrotar a un régimen e inmediatamente ponernos a la altura de lo que sin duda será una lucha que conlleva jugar en diversos escenarios a la vez, por lo que se exige un talento infinito, en donde no caben ni el continuismo, ni la postración, ante la tiranía más longeva del continente.

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Los derechos fundamentales – Luis DE LION

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A 20 años del genocidio en Ruanda, aún se busca la verdad histórica. Sin embargo, la tardía, incompleta y parcial reacción de la comunidad internacional, constituye un ejemplo de intromisión en los asuntos internos de un Estado. A través de una intervención militar, se arrestó a los genocidas y la ONU creó el Tribunal Internacional por Ruanda (TPIR). Decisiones estas tomadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, dentro del marco del derecho de injerencia humanitario.

Los orígenes del deber de injerencia, se remontan a 1987, cuando en una conferencia de prensa en París, un grupo de abogados y dirigentes de organizaciones humanitarias, reivindicaron el deber de injerencia como un asunto de ética.

La ONU está fundada precisamente sobre el principio de no injerencia, según el artículo 7 de la Carta. En consecuencia, no existía la manera de sustraer de los asuntos internos de un Estado miembro, el monopolio que éste ejercía sobre el respeto de los Derechos Humanos. Pero gracias al jurista francés René Cassin, se abrió una brecha que llevó a que la ONU adoptara, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre en diciembre de 1948.

Lo que comenzó como un simple derecho de vigilancia, con el tiempo se convirtió en acciones de intervención territorial; ejercidas en un primer tiempo por las llamadas ONG Sin Fronteras.

En los últimos años, la ONU ha tomado diversas resoluciones, y si no todas se han puesto en práctica, algunas sí han logrado resultados concretos. Como la operación “Turquesa”, que con retraso permitió detener el genocidio en Ruanda; la OTAN en el Kosovo detuvo la depuración étnica. La intervención en Haití. En Libia, para detener a Kadafi y sus intenciones genocidas. Sin embargo, conflictos como el de Siria, siguen a la espera de una resolución por el estilo.

En la Venezuela de Chávez y ahora con Maduro, las fuerzas del Estado asesinan impunemente, persiguen y torturan. El retiro de Venezuela de la CIDH, puso en evidencia las intenciones de Chávez de saltarse la Constitución; constituyendo así, junto a las violaciones de los Derechos Humanos, dos elementos que encajan dentro de una fatal lógica represiva y antidemocrática.

Chávez y Maduro, olvidaron que según la Constitución del 99, todo ciudadano afectado por la violación de sus derechos fundamentales, puede acudir (Art. 31) ante organismos internacionales, a los fines de obtener amparo por sus derechos.

Si Maduro piensa seguir adelante con su autoritarismo, debe tener presente que hoy la injerencia, es leída y entendida, por la comunidad internacional y por el Consejo de Seguridad de la ONU, como un deber y un derecho.

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Apartheid y costo político – Luis DE LION

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El apartheid político chavista, es una vieja práctica. Cercenan derechos políticos de los elegidos por el voto popular, y ponen en entredicho, nuevamente, el derecho a elegir de todos los votantes.

Esta segregación política, configura una aberración jurídica. Una persona, cuya culpabilidad no ha sido demostrada mediante debido proceso y, por tanto, no ha sido condenada a ninguna pena pierde un derecho y ejercicio político esencial, porque así lo quiso Diosdado Cabello.

Es el equivalente de un asesinato político. Esta nueva vendetta gubernativa, contra María Corina Machado, diputada electa con el mayor número de votos, no se debe dejar pasar como un desmán adicional sin consecuencias de fondo, para el proyecto de dominación del castrochavismo.

En el pasado, Leopoldo López, fue a su vez víctima del apartheid político. López dio la pelea, hasta obtener la victoria y reconocimiento ante la justicia internacional. No obstante, hoy está preso.

Esta semana, como una manera de elevar el costo político del atropello sufrido, María Corina Machado aceptó la invitación que le hizo la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño. Dicha instancia, debatió la crisis que vive Venezuela y Machado le pidió a Brasil que «no cierre los ojos» frente a la represión que «el pueblo venezolano» sufre «en las calles».

En un país continente como el Brasil, es muy difícil que un tema exterior -así sea el país vecino- se posicione en la opinión publica. A pesar de ello, la contundencia de las palabras de Machado en Brasilia, le otorgaron una buena cobertura por parte de la prensa brasileña.

Folha de Sao Paulo, diario de mayor circulación de Brasil, destacó en primera página una entrevista que le hizo a Machado. Estadaô, hizo lo mismo, al titular la “indiferencia y complicidad del gobierno brasilero” denunciada por Machado ante lo que ocurre en Venezuela. O Globo, reseñó la interrupción de la sesión de Machado, por manifestantes que la trataron de “golpista”.

Machado, pese a haber perdido su investidura de diputada, por decisión del TSJ, luce dispuesta a dar la pelea hasta el último minuto para elevar al máximo el costo político de semejante atropello antidemocrático. No parece decidida a quedarse pasiva ante la consuetudinaria «irreversibilidad» de las medidas de la justicia castrochavista. Mientras no se deja persuadir por los llamados que andan abogando por un diálogo «oportuno», vale decir anticipado, en aras del «sentido común» y la racionalidad, por la estabilidad de la dictadura, mientras se acerca en el horizonte la próxima cita electoral.

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Estudiantes y clase media – Luis DE LION

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Prácticamente en todas las capitales del país se ha manifestado desde el 12 de febrero. Es una organización horizontal, sin etiquetas políticas, ni sindicales, ni líderes claramente visibles. Facebook, Twitter, Instagram y YouTube los motores de las protestas. Agruparse y expresarse. Las redes sociales le otorgan a los jóvenes algo que los partidos políticos se niegan a darles. Fenómeno que en paralelo, afectó a Leopoldo López y a María Corina Machado, cuando impulsaron la protesta, #12F #LaSalida, lo hicieron fuera de una MUD, empeñada en negarles el espacio.

Al igual que ocurrió en Turquía, Brasil y Ucrania, no son los pobres los que protestan en Venezuela. Son los jóvenes de clase media instruida, la cual no forma parte de la base electoral del PSUV. Aún viviendo en un país que organiza elecciones con exagerada frecuencia, estos jóvenes, no sienten conexión con la élite política en el poder.

Estamos ante una generación que nació después del fallido golpe del 4 febrero 1992, jóvenes apolíticos en su mayoría, que nunca habían protestado. Frustrados por no encontrar un partido que los represente. Su principal reivindicación, denunciar la inseguridad y la falta de libertades en el país del castrochavismo.

Algunos comentaristas, al desestimar la protesta, han quedando en evidencia, porque al igual que el régimen, muestran cuan desconectados están de la juventud del país.

El talante sui generis de la protesta, mientras la represión se hacía violenta, hizo que se adhiriera a ella, de manera abrumadora la clase media. Hoy en las barricadas, vemos esa clase media urbana, conscientes que la lucha será dura y larga. Esa clase media, es la primera en llevar el golpe de la inflación, de la corrupción y de la excesiva intrusión del Estado en sus vidas.

Juntos le quitaron la careta democrática que lucía el régimen de Maduro, mientras exigen, el fin de la injerencia cubana.

Quizá sea la razón de la virulenta reacción de Maduro ante las protestas. Puede que haya comprendido que estudiantes, y clase media, buscan acabar con el modelo político y económico de la oligarquía cívico-militar antillana, fundado entre los miembros de la nomenclatura, el narcotráfico y un poder absolutamente corrompido, que ha lanzado al país entero por el precipicio de una crisis sin precedentes.

Es temprano para hablar de revolución de la clase media, primero tendrá que salir victoriosa de su lucha mortal con el régimen de Maduro, sostenido por La Habana. De lograr el objetivo, se le ofrecerá al país la posibilidad de reconstruirse según los principios sociopolíticos venezolanos.

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Una farsa, política y jurídica – Luis DE LION

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No hay presunción de inocencia para nadie, con un poder político obstinado en perseguir a quienes se le oponen y tampoco la hay en un poder judicial que confunde justicia con venganza. María Corina Machado, Leopoldo López, Enzo Scarano y Daniel Ceballos, tienen al pueblo venezolano como testigo de la suerte que les ha tocado correr.

Las acusaciones y los métodos utilizados en contra de ellos, por parte del régimen castromadurista, en ningún momento tienen como objetivo buscar la verdad de los hechos. Se trata de, una práctica recurrente desde diciembre 2004, cuando se juramentaron los 49 nuevos magistrados del TSJ. Desde entonces Venezuela, entró en la era de la justicia supremamente bolivariana.

Llevo una década, denunciando a través de ésta humilde tribuna, el ropaje jurídico de la dictadura chavista. Lo digo, porque quedó claro y como tal debe ser asumido, que el punto de partida para todo aquél que administra justicia en Venezuela, es que lo hace a partir de su militancia política. Atrás quedaron las concepciones de derecho, las interpretaciones jurídicas y lo más peligroso, desaparecieron los derechos constitucionales.

El tiempo y la historia, mostraran las heridas de ésta grave violación a los principios republicanos, cuyas principales víctimas son los derechos humanos, la paz civil, la cohesión nacional y la imagen de Venezuela. Más temprano que tarde, deberán ser juzgados, los que armaron éste desastre.

La terrible represión de éstas últimas semanas, nos colocan frente a la verdadera naturaleza del poder. Todas las excusas parecen válidas a los ojos del castromadurismo, cuando se trata de deshacerse de un adversario político.

Que atrevimiento, el de estos líderes de oposición, pretender ocupar el poco espacio de opinión, con un llamado a manifestar pacíficamente, sin que en el calendario oficial, haya ninguna cita electoral, que sea al menos visible en el horizonte. Un atrevimiento, solo comparable con el del movimiento estudiantil.

Ronald Dworkin, abogado y filósofo norteamericano, autor entre otros libros de: “Virtud soberana. La teoría y la práctica de la igualdad” considera que; la desobediencia civil es una teoría jurídica basada en el derecho que tenemos todos a la igualdad.

Dicho esto, no me queda otra que terminar, con la idea esperanzadora que de la necesaria reflexión de los líderes de oposición, se pase en la práctica a una corajuda y frontal estrategia de oposición política, visionaria, con verdadera pericia política y sin agendas personales. Convencido que nunca es demasiado tarde, si lo que se pretende es deshacerse de una dictadura, para restablecer así los derechos constitucionales.

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UNASUR al rescate, de Maduro – Luis DE LION

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Mientras Maduro, sigue pisándole el acelerador a la campaña de represión contra su propia población, en ésta última semana, con la excepción de UNASUR razón que evoco más adelante, se ha seguido agrandando la ranura, de la espesa tapadera internacional que protege la imagen del castrochavismo.

En ese sentido, ésta semana, llegó al Senado de Estados Unidos una solicitud de sanciones contra funcionarios venezolanos que violaron Derechos Humanos, y el Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general John Kelly, al comparecer ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado donde fue consultado sobre la crisis en Venezuela dijo que: «Es una situación que obviamente se está cayendo a pedazos frente a nosotros». Por último, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que Washington continúa sus esfuerzos para intentar convencer al Gobierno de Maduro de que debe poner fin a la «campaña de terror» contra el pueblo venezolano.

Una pieza maestra, en el escudo de protección internacional del castrochavismo, lo constituye UNASUR. Es así como luego que Maduro ha agotado su arsenal militar, anuncia viaje a Caracas, el arsenal diplomático de la UNASUR. Mediante la resolución Nº 2014 del 12 de marzo, la Unión resolvió entre otras cosas; respaldar los esfuerzos del Gobierno de Venezuela para propiciar un diálogo y designar, a solicitud de Maduro, una comisión de Ministros de Relaciones Exteriores de los países de UNASUR para que -en su nombre- acompañe y “apoye y asesore en un diálogo político amplio y constructivo orientado a recuperar la convivencia pacífica en Venezuela, considerando la Conferencia Nacional de Paz instalada”.

Sin duda, una resolución prêt à porter, cuyo trabajo comenzaría a más tardar la primera semana de abril.

A diferencia de la OEA, organismo que UNASUR quisiera suplantar, los objetivos de la Unión Suramericana siempre han sido opacos. Erigida como instrumento de combate político, UNASUR, es un artefacto del “socialismo del siglo XXI” contra las democracias del continente.

Los antecedentes de UNASUR son muy precarios. UNASUR fue creada a espaldas de las opiniones públicas y de la prensa internacional. La firma del tratado constitutivo de UNASUR necesitó una corta reunión el 23 de mayo de 2008 en Brasilia. La construcción de la OEA necesitó varias décadas de intensos trabajos y nueve conferencias panamericanas.

UNASUR, no es el resultado de una verdadera discusión jurídico-política entre las naciones que la conforman. Es el resultado, de un sectarismo y de un cálculo político solapado e intransigente. UNASUR es justificable únicamente desde la perspectiva utópica neo-marxista, contraria al ideal democrático.

Según el tratado de constitución de UNASUR la prioridad de ese organismo supranacional no es calmar tensiones y consolidar la democracia continental. El tratado constitutivo de UNASUR dice que, “cada Estado adquiere los compromisos según su realidad”. En el artículo 3 de dicho tratado, que fija los “objetivos específicos” de la Unión Suramericana, no aparece ni una sola vez la palabra democracia.

Ya padecimos las consecuencias de la mediación del Centro Carter, en la actualidad una mediación de UNASUR, sería algo aún peor. Los demócratas venezolanos, no podemos dejar que nos echen tierra en los ojos, con la presencia y «objetivo» de los cancilleres de #UNASUR en Caracas.

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La última Cumbre: ¿Mercosur otra ilusión?

Freddy Ríos Ríos

Una más según se desprende de la Declaración y de los Decisiones de la CMC, se sigue perfilando el camino «albano» de Chávez, orientado a lograr una mayoría ideologizarte y la politización acelerada del bloque con el ingreso de Bolivia y en el futuro cercano Ecuador, obligando la salida de Paraguay.

Chávez ha demostrado que no cree en la globalización, ni en el libre comercio, ni en la integración económica, por eso se salió del G3 y de la CAN, cuyo fin está definitivamente sellado toda vez que ningún país puede mantener dos aranceles externos comunes, siendo parte de dos «pretendidas» uniones aduaneras.

Mercosur está incubando en su seno grandes contradicciones, ni Venezuela ni Argentina cumplen con los principios básicos del GATT de 1994 respecto al trato nacional, a la eliminación de barreras no arancelarias al comercio y los servicios; y el acceso a los mercados, por otra parte incumplen con las disciplinas inherentes sobre la Propiedad Intelectual, Política de Competencia, Subsidio y Antidumping, Solución de Controversias, Laborales y Ambientales, Obstáculos Técnicos al Comercio, Sanitarias y Fitosanitarias.

Es decir, que Chávez lidera una tendencia discriminatoria de la integración, su proyecto estatista no fomenta la competitividad sino la desindustrialización, el desarrollo endógeno crea dependencia económica de los países mas fuertes y aumenta la vulnerabilidad interna de una economía débil como la venezolana, este es un hecho tan evidente que la ignorancia del régimen califico como “sustitución” de exportaciones, un grosero ejemplo es sustituir exportaciones de EE.UU por exportaciones de China, y eso no es desarrollo.

Desde el ingreso de Venezuela a ALADI, pasando por la CAN, a su ingreso a la OMC y finalmente la membrecía en Mercosur ha tenido la obligación de levantar todas las barreras no arancelarias impuestas al comercio exterior.

Someramente se pueden clasificar en las que tienen efectos cuantitativos, las cuales afectan costos y precios; y las de procedimientos establecidos en la normativa interna, protección de la salud, medio ambiente y seguridad.

En los últimos 14 años ha ocurrido lo contrario, y a partir de la imposición del control de cambios se ha profundizado un esquema cada vez más inflexible de restricciones no arancelarias, que implican medidas administrativas discrecionales. Entre estas por su notoriedad se deben señalar las importaciones prohibidas, las restricciones de importación no establecidas en el régimen legal del arancel de aduanas, la discriminación de mercancías sujetas la administración de divisas por CADIVI, permisos previos a la importación, licencias no automáticas disfrazadas de importaciones reservadas, certificados de no producción o producción insuficiente, cupos, precios de referencia, ajustes discrecionales al valor en aduana, exigencias de porcentaje de contenido nacional, monopolios de importación del estado, normas de calidad que no alcanzan la categoría reglamentos, requisitos de etiquetados, inspecciones en puertos, monopolio de almacenaje de Bolipuertos, son algunas de las que se pueden identificar, que necesariamente deben ser eliminadas.

A lo anterior, según las estadísticas disponibles de la Secretaria de Mercosur, para el año 2007 existían 1494  normas, de las cuales 1009 requerían su internalización en la legislación nacional, es decir el 67.53% de la totalidad aprobada por el Consejo del Mercado Común, Grupo del Mercado Común y Grupo de Comercio de Mercosur, a la fecha la pagina webg de la Secretaria General no tiene la información de la normativa vigente en todos los países miembros, toda vez que las mismas solo son aplicables cuando son internalizadas por todos los miembros del bloque.

El desarrollo económico es la suma de unas finanzas sanas, una economía productiva, de la educación y bienestar social, de la innovación, de la generación de empleo, del desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente.

Para que ocurra todo lo anteriormente expuesto, es necesario que exista política comercial, arancelaria y aduaneras, las cuales Venezuela carece.

En este sentido hay que hacer la reingeniería del SENIAT, incluyendo la Intendencia de Aduana, por cuanto las aduanas son una red de trabajo global, que requieren una mejor gerencia coordinada en las fronteras, con una gerencia de riesgo orientada a la inteligencia, con la creación de una sociedad ética entre los sectores públicos y privados, donde se implementen métodos modernos de trabajo y el desarrollo de tecnologías de avanzada, donde exista una estandarización de la competencias de los niveles operacionales, con una alta tendencia a la cultura de la profesionalización  de los funcionarios, que descansen en los dos pilares básicos, la creación de capacidades y la integridad. Sin esta aduana no hay integración.

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Venezuela y Comercio Internacional

Freddy Ríos Ríos

La Unión Europea, recientemente denuncio a la Argentina ante la Organización Mundial de Comercio por incumplir los Acuerdos suscritos en el marco del GATT de 1994. Dicha denuncia está fundamentada en que el gobierno argentino ha impuesto restricciones a la importación, medidas que provocan daño a las empresas y ocasionan desempleo, y que la administración del régimen de licencia es arbitrario y poco transparente .Algunas de estas medidas también las ha impuesto Argentina a los países que integran Mercosur, en violación a la normativa de dicho acuerdo.

A partir del GATT 94 marcador de la mundialización, se han fijado los espacios exteriores para la aplicación de la legislación supranacional y mundial para el desarrollo del comercio en marcos jurídicos distintos, concatenado con la legislación nacional que rige la materia.

La inserción de los países dentro del comercio internacional incide en las variaciones de las relaciones de intercambio, en la variación de los esquemas de consumo, en la reasignación de recursos como efectos estáticos. También incide el comercio en una mayor competencia, alcanzar una economía de escala y a mayor disponibilidad de factores productivos. Todo ello teniendo efectos económicos cuantificables por las ventajas y desventajas que crea.

El tazón espagueti es el escenario internacional donde debe actuar Venezuela, los “expertos nacionales” deben desempeñarse en los organismos especializados, en los organismos comerciales supranacionales como la OCDE y la OMC, en las asociaciones de libre comercio que tienen relación con los flujos e intercambio de capital bienes y servicio, los cuales tiene como objetivo el fomento de la producción, la expansión del comercio, la estabilidad monetaria financiera y el desarrollo económico sustentable, buscando la facilitación de los flujos e intercambios de capitales bienes y servicios. El señalamiento anterior no puede dejar de un lado la existencia del Sistema de las Naciones Unidas y sus organismos especializados, que tienen relación directa o indirecta con el comercio.

Como podremos observar, el comercio internacional es un tema de alta especialización, es un juego reglado por acuerdos internacionales que tienen una matriz común. A título de ejemplo, el marco legal original es el GATT del 94, en Suramérica ALADI +3, los subregionales MERCOSUR y CAN, además de los Acuerdos de Complementación Económica, los cuales tienen todos su propia reglamentación con su jerarquía kelseniana, permitiendo lograr los fines principales del principio de la nación más favorecida, el trato nacional, el desmantelamiento de las barreras comerciales y la liberación de gravámenes.

La destrucción del aparato productivo durante el gobierno del Presidente Chávez además de haber acabado con la seguridad alimentaria y quebrado más de 6000 industrias, nos ha llevado a ser un país inminentemente importador, más dependiente, menos competitivo y con el mayor índice de inflación en las Américas. A lo expresado hay que añadirle como colofón que somos un país sin política comercial, donde vulnerando todos los compromisos internacionales suscritos por el país se han impuesto barreras no arancelarias y para arancelarias que prácticamente prohíben las importaciones y exportaciones como consecuencia de la política cambiaria y los efectos de el control de cambio que en un todo se caracteriza por una discrecionalidad sin ninguna transparencia.

Al añadirle a lo anterior la ausencia de Políticas Publicas, de institucionalidad republicana, de las coordinaciones necesarias de los ministerios del ejecutivo nacional que tienen competencia en la materia de este escrito podemos afirmar que la victima principal es el consumidor por la secuela del desabastecimiento y la inflación.

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¿Nuestro Norte es el Sur?

Freddy Ríos Ríos / José López Soto

El 12 de agosto de 2012 Venezuela pasó a ser miembro pleno del MERCOSUR. La carencia durante 14 años, de una política comercial institucional, ha devenido en privilegiar foros políticos como la ALBA y UNASUR. Desde la denuncia del Tratado del Grupo de los 3 y del Acuerdo de Cartagena, pareciera que se alcanzó el objetivo de convertirnos en socios obligados de los países del sur del hemisferio, lo cual no es una herramienta eficaz de inserción en la denostada mundialización.

A partir de 1994 los acuerdos comerciales multilaterales sentaron bases jurídicas para una nueva legalidad del comercio internacional. Desde entonces se dio una profundización en todas las regiones del “spaghetti bowl”, buscando la  inserción en acuerdos competitivos, la proliferación de tratados de libre comercio y una acelerada carrera de convergencia, desde el bilateralismo, pasando por integración abierta, hasta construcción de uniones aduaneras y mercados comunes. La globalización vino para quedarse.

La Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el Arco del Pacífico Latinoamericano y la Alianza del Pacífico, son ejemplos claros de hacia donde apunta la inserción económica.

Latinoamérica ha intentado construir, bajo el paraguas de ALADI, bloques como el Mercosur, la CAN, y numerosos Acuerdos de Alcance Parcial. Pero para Venezuela la integración no ha funcionado, por falta de voluntad política, o  falta de visión de los actores económicos.

La  política “nuestro norte es el sur”, constituye, castración de la política comercial y dependencia de los intereses geopolíticos de esas economías quienes definitivamente tienen otros intereses.

Una política comercial moderna implica un cambio de paradigma, la realidad económica internacional marca que nuestro norte es el oeste, donde están APEC y ASEAN. En términos generales APEC significa el 40% de la población mundial, 44% del comercio mundial y 55% del PIB mundial.  Quiérase o no, el mapa del comercio mundial tiene esa marca inconfundible. Colombia. Perú, Chile y México, avanzan con toda claridad en la Iniciativa del Pacífico. El caso Peruano adquiere fundamental relevancia por cuanto su crecimiento está sustentado en las exportaciones, de las cuales un 55% aproximadamente, se dirige a los países de APEC, 16% a la Unión Europea, apenas 9% al MERCOSUR y un 8% a la CAN;  el resto a otros países. Al contrario, Venezuela será cada día más un país importador, por la autarquía que encierra el concepto de desarrollo endógeno.

Todas las reflexiones apuntan hacia los BRICS. Rusia, India y la China, cabalgan en el escenario del Pacífico. La ausencia de visión global nos separó de la CAN y del G3, que eran puertas geo-estratégicas claves para acceder al Pacífico. Sostener que nuestro norte es el sur es un contrasentido histórico, voluntarismo económico. La realidad inocultable es que nuestro norte es el oeste.

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